Dentaduras amarillentas o grisáceas como consecuencia de malos hábitos como el fumar tabaco o consumir bebidas que causan la tinción de los dientes (café, vino, Coca-Cola, etc.). En este caso, cabe señalar que si no se erradican estos hábitos, la pérdida del color natural de la dentadura volverá a darse con el paso del tiempo, y el blanqueamiento dental deberá realizarse periódicamente.
Pérdida del color natural de los dientes causada por la edad.
Pérdida del color como consecuencia de problemas en la composición de los dientes (fluorosis, falta de calcio, etc.).
Pigmentaciones provocadas por tratamientos con tetraciclina (grupo de antibióticos indicados para una gran variedad de enfermedades).
Pigmentaciones externas causadas por placa dental tras un tratamiento de ortodoncia.
Sin embargo, existen casos en los que un blanqueamiento dental no supondría la consecución del tono natural de la dentadura y habría que recurrir a otra alternativa. Es el caso de:
Dientes muy oscuros: en ocasiones, la tonalidad de la dentadura es tan oscura que un blanqueamiento no es la solución, por lo que debería discutirse con el odontólogo qué tratamiento alternativo le iría mejor. Posiblemente, entre ellos, el dentista recomendará el uso de carillas estéticas de porcelana o composite.
Cambios de color por problemas como dentinogénesis (formación defectuosa de la dentina) o amelogénesis (formación defectuosa del esmalte) imperfecta, enfermedades que afectan a las estructuras que dan color a los dientes.
Pigmentaciones grises por fluorosis o tetraciclinas: dado que los dientes amarillentos y porosos son más fáciles de blanquear que los grisáceos y sin tanta porosidad, en estos casos es recomendable consultar con un especialista cuál es la mejor solución a su problema, ya que el blanqueamiento dental no será satisfactorio.
Dientes restaurados con carillas de composite o de porcelana: puesto que las carillas son finas láminas de un material innatural adheridas a la zona frontal de los dientes, el blanqueamiento no variará el tono de las mismas. Si han adquirido un determinado color o sufren cierto desgaste, la única solución es cambiarlas.
Caries: la salud bucal ha de ser buena para poder llevar a cabo el blanqueamiento, como ocurre en el resto de tratamientos de estética dental.
Dentaduras altamente sensibles, ya que no soportarían el tratamiento.
Niños menores de 12 años.
A pesar de que no existen estudios al respecto, se desaconseja la práctica del blanqueamiento dental en mujeres embarazadas.
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